miércoles, diciembre 13, 2006

Jesucristo ¿existió?


León
X, fue el papa que declaró la inexistencia de Jesús diciendo: “Qué
buenos beneficios nos tiene dado esa fábula que trajo a Cristo”. Pablo
III, otro papa que confirmó la inexistencia del supuesto fundador del
cristianismo, aún añadiendo que los otros, refiriéndose al clero en
general, lo sabían como él, pero se lo callaban, y cuentan muchos
eminentes eclesiásticos también se han manifestados al respecto, pero
en sus reuniones y conclaves, por lo que no han llegado a las masas.
Aunque de todas las maneras esas masas de creyentes al estar ciegos por
el dogma de la fe, no se dan cuenta de lo embrutecidos que llegan a
estar.


No ha de extrañar que los
dogmas continúen. De la manera que conocemos el CREDO éste define una
profesión de fe, entendiéndose de la manera que lo dice el concilio
Vaticano I, en su sesión 3ª (24-4-1870), capítulo 3 (De fide), eso es
como “virtud sobrenatural por medio de la cual, gracias a la ayuda de
Dios y a su inspiración divina, creemos que todo lo que Él ha revelado
es verdadero y lo creemos no porque la verdad intrínseca de las cosas
aparezcan así a nuestra razón, sino por la autoridad del mismo Dios que
lo revela, el cual ni puede engañar ni puede engañarnos”.


Esto
nos lleva al verdadero drama del cristianismo, pues resulta que después
de 2000 años, los cristianos protestantes, católicos romanos,
ortodoxos, anglicanos, etc., aún buscan fehacientes las pruebas de la
existencia de Jesucristo. Sin embargo, no la han encontrado ni
encontraran la de ese supuesto personaje, el de los evangelios, pues no
ha existido. Veamos un algo más de lo que se viene investigando.


El
discutirse la creencia sobre la existencia histórica de Jesucristo,
debemos definir previamente de qué “Jesucristo” se está hablando.
Obviamente, estos análisis no son los primeros ni serán los últimos,
aún queda mucha tinta por correr. Así mismo nos dirán sus asiduos
creyentes que si nosotros los ateos y libres pensadores no creemos en
ésta ni en ninguna religión, ¿para qué coño nos tomamos tantas
molestias de investigar, (hasta decir que son los perseguidos…, tendrán
cara…). La respuesta es bien sencilla y concreta, por lo que no tiene
nada de misterio.


No debemos, moral e
históricamente dejar que las religiones continúen embruteciendo,
engañando, etc., a la población humana, y mientras sea posible, de la
misma manera que el clero dice que Jesús existió y que está presente en
todas partes, nosotros estaremos proclamando que todo es una descomunal
mentira, si él existe, que lo prueben, haber si tienen… dignidad…, sin
echar mano de alguna inquisición que puedan tener aún guardad, ya que
de una u otra manera se está viendo que por ese lado ellos son las
amenazas. Después de esta pequeña y necesaria introducción vallamos al
mohillo de la cuestión.


Rotundamente,
es patente que jamás ha existido el Jesucristo milagrero; ese que dicen
fue concebido por un@ palom@ llamad@ Espíritu Santo; haber resucitado
de entre los muertos; multiplicado panes y peces; transformado agua en
vino y protagonista de otros acontecimientos sobrenaturales, no
probados, que contradicen todos nuestros conocimientos, científicos o
empíricos sobre el mundo material.


Posiblemente
algunos católicos puedan pensar así y acepten que esas alegaciones son
falsas, pero no lo llegaran a decir por miedo, intereses particulares o
políticos, con lo cual dejarían de ser católicos romanos, eso aún no es
posible en qué clase de personas.


Sin
embargo, todos los seguidores de las varias sectas cristianas se
recusan a aceptar que no haya existido históricamente un hombre real
llamado Jesucristo, hijo de Dios, etc., que tuviese fundado una nueva
religión usurpándola del judaísmo y que los autores de los supuestos
evangelios canónigos y apócrifos fuesen inspirados por ese mism@
palom@. Ese mito, el mito de Jesucristo histórico es el que debe ser
refutado.


La cuestión, pues jamás se
ha considerado un problema, puede que para los creyentes, no para los
ateos, nunca debe ser comparado con las pruebas existentes de otros
fundadores de religiones, como por ejemplo Mahoma, Lucero, etc. Del
primero consta en su biografía relatos históricos, él condujo
ejércitos, fundó el islam, se casó con una viuda y dejó descendencia.
El segundo por un gran número de hechos como que fundó otra religión,
el protestantismo llevando la reforma al catolicismo, que por cierto
trajo las guerras de religión en Europa. Aún mencionaremos los faraones
Ransés I y II, Julio Cesar y por supuesto, los dinosaurios…, todos
dejaron sus huellas en la historia universal como que existieron
físicamente.


Sin embargo, sobre el
denominado personaje de Jesucristo la verdad es que los historiadores y
cronistas del siglo I de n. e. no hacen referencia alguna. De los
muchos que hubo entre romanos y judíos que escribieron sobre
acontecimientos políticos, sociales y religiosos de la Palestina en
aquella época no registran NADA, sobre el supuesto Mesías que los
evangelios quieren sustentar en relación con el fundador de la secta
cristiana.


Los evangelios son por
tanto, como mucho, relatos teológicos y no históricos sobre la
evolución de esa nueva religión a partir de la rama judaica. Hay
razones para pensar que esa nueva secta y posterior religión oficial de
Roma, tanto que la persiguió, y también eje principal de sucesivos
imperios hasta la fecha, coincidiría originariamente con la secta
esenia. Debemos de insistir que en los evangelios de Mateo, Marcos y
Lucas fueron mencionados por primera vez allá por el 190 de n. e. y el
de Juan posteriormente. Por lo tanto, presumiblemente fechas muy
posteriores a los supuestos acontecimientos que pretenden hacer creer
la hoy poderosa religión.


No obstante
existen algunas referencias en las cuales los cristianos se agarran
como a un clavo ardiendo, en defensa del Jesucristo histórico. Es el
relacionado con Flavio Josefo, un fariseo que nació en el año 37 de n.
e., por lo tanto no fue testigo ocular del hipotético Jesús y su
crucifixión allá por el año 30. La referencia dice así: “ Por
aquellas fechas vivía un hombre llamado Jesús, si es que se puede
llamar un hombre… Él era el Mesías, en tanto que Pilatos lo condenó a
ser crucificado… Resucitó al tercer día…, y los seguidores cristianos,
así llamados a partir de entonces, no han desaparecido hasta hoy”.


En
realidad, este pasaje solamente puede considerarse un ínter
polarización cristiana. Josefo era judío y no se hubiera referido a un
“Mesías”, al menos que se hubiese convertido al cristianismo cosa que
por lo que sabemos no ocurrió así. Clemente de Alejandría, uno de los
primeros polemistas cristianos, nunca usó ese pasaje en sus
propagandas, por lo tanto, la referencia al testimonio de Josefo fue
hecha por el cristiano Eusebio, en el 324 de n. e. La conclusión es que
ese pasaje es totalmente falso, sin duda hacha por propagandistas
cristianos.


Otro dato, muy citado también es que hacen de los escritos Tácitos en sus “Anales”, allá por el año 120: “Nerón
punió una clase de hombres odiados por sus vicios a quienes llamaban
cristianos, su fundador un tal Cristo, que sufrió pena capital durante
el reinado de Tiberio, por sentencia del procurador Poncio Pilatos”.


Esto
igualmente es un ínter polarización muy posterior ya que ningún
propagandista cristiano anterior había hecho referencia, ni tampoco la
mítica persecución de Nerón a los cristianos, ni aquellos que conocían
los escritos de Tácito.


Finalmente, en
el siglo I de n. e. Pablo de tarso, posiblemente al hombre mas
importante en la invención del cristianismo, las pocas epístolas que se
le atribuyen, jamás se refirió a Jesús como histórico. Ni siquiera se
refirió a algunos de los mitos más importantes dentro del cristianismo,
como el nacimiento a partir de una virgen, o los milagros que le
conciernen como “divinidad”. Por tanto, todas estas y otras muchas
leyendas deben ser posteriores al siglo I.


Debemos
aún acrecentar que la mayoría de esos aspectos relevantes de la seudo
biografía de Jesucristo, lejos de ser originales, eran comunes en
aquellos tiempos, como hoy día también las hay, al igual que otros
mitos religiosos en la cuenca Mediterránea. A comenzar por el caso del
nacimiento a partir de una virgen, (elemento recogido en el culto a
Mitra). Así pues, el nacimiento y adoración al supuesto personaje de
Jesucristo es un mito más, éste inventado por una naciente religión
hace unos dos mil años.


Conclusiones. El cristianismo y otras lindezas semejantes, necesitan de la ignorancia de los pueblos para continuar existiendo.


Digámosle
al clero: “Sea maldito ese Dios al que hemos estado rogando durante el
frío del invierno y con los tormentos del hambre; de las guerras y
calamidades llevadas a cabo por sus guerreros cristianos; en vano hemos
esperado tanto tiempo en los cuales nos han tenido escarnecidos,
engañados, pateados, asesinados, maltratados…”.


Es
obvio, si 50 millones de personas creen en lo absurdo, nunca dejará de
ser un absurdo. Necesitamos a la Humanidad más que a las religiones.


LQS – Zerimar Ilosit – Septiembre de 2006.
Brasil.





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