martes, agosto 08, 2006

Intituciones o empleados del gobierno?

Las instituciones electorales
Alberto Aziz Nassif
08 de agosto de 2006

De forma directa, la crisis postelectoral por la que atravesamos tiene que ver con las instituciones que han construido la democracia en México. El IFE y el Tribunal son el corazón de las instituciones que se construyeron con la reforma de 1996. Su aporte básico se hizo sobre la base de una autonomía que construyó durante años la confianza de que los votos serían contados de forma limpia y de que los competidores tendrían condiciones equitativas para disputarse el poder. Hoy vemos que el actual conflicto muestra un debilitamiento de esa confianza, sobre todo en el IFE, porque a pesar de todo, el Tribunal mantiene una importante confianza de la sociedad, incluso ahora que tiene la carga de resolver la crisis actual.

El centro del debate de estos días ha estado en torno a la disyuntiva de contar otra vez los votos, el famoso "voto por voto", o simplemente atender a las impugnaciones que han hecho los partidos ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). La primera decisión del Tribunal fue hacer un recuento de 11 mil 839 casillas, ubicadas en 149 distritos de 26 estados del país y no hacer un recuento general.

Dadas las dudas razonables que existen en torno al cerrado resultado electoral y frente al movimiento de resistencia que está ya en las calles de la ciudad de México, he emitido una opinión favorable al conteo general y a la revisión integra de la elección. Sin embargo, ahora sabemos que el Tribunal tomó la decisión el pasado 5 de agosto, como indica en su boletín de prensa n° 074 / 2006, porque: "La coalición Por el Bien de Todos no impugnó todos los distritos electorales ni cuestionó la totalidad de las casillas instaladas para la elección de presidente de la República". También, porque "los hechos que invocó con el propósito de extraer una causa genérica para la realización de ese recuento, invocando el principio de certeza que rige todo el proceso electoral, no están vinculados con la etapa del conteo de votos en las mesas directivas de casilla o en los cómputos llevados a cabo por los consejos distritales.". Con esta resolución, el TEPJF deja claras las razones por las que no se hace un recuento completo, y tal vez lo más importante sea que los hechos presentados por la coalición corresponden a otra etapa del proceso, al momento de la calificación.

La lógica jurídica implica un razonamiento procesal que no puede bailar al son de la lógica política de la coalición impugnadora. La reacción política de la coalición es de rechazo al recuento parcial, porque la demanda es de todo o nada. Sin embargo, así son los litigios jurídicos, no satisfacen a las partes a menos que les den la razón de forma íntegra. El resultado de ese conteo, por su distribución regional y distrital, puede llevar a dos escenarios, una corrección tan amplia, una rectificación de los resultados, con lo cual se proyecte una sospecha sobre el resto de las casillas; o por el contrario, puede llevar a una ratificación en donde no se modifiquen los resultados, con lo cual se proyectaría más certidumbre sobre la elección.

El problema actual se presenta como un paradigma de oposiciones: fraude o simples irregularidades; vía institucional o movimiento de resistencia; conteo general o parcial; respaldo a las instituciones electorales o crítica a ellas. Pero la polarización lleva a simplificar las cosas y ese método es poco propicio para entender la complejidad por la que atravesamos, porque en el fondo lo que está en juego es la sustentabilidad misma de nuestra incipiente democracia.

Frente al conflicto se pueden ubicar varias posibilidades de salida, los optimistas consideran que el producto de esta crisis tiene que llevar a los partidos a pactar una reforma que pueda superar las condiciones en las que se llevó a cabo esta elección. Los pesimistas, por el contrario, consideran que esta democracia ya no tiene remedio y que vamos a fases de endurecimiento y de ruptura social. Sin especular quién tiene más o menos razón, se puede prever que después del conflicto, es decir, cuando el Tribunal emita una resolución final, tiene que venir de inmediato el momento de una reforma político-electoral que modifique todo aquello que durante años muchos hemos insistido en cambiar.

Cuando se habla de instituciones no sólo se trata de las reglas del juego, también es muy importante el desempeño de los encargados de la institución y el tipo de vinculación que mantiene con la sociedad y con los principales involucrados en el espacio especializado que maneja. Las instituciones electorales no se vulneran con la crítica, sino por la acción directa de los actores. El IFE fue vulnerado por los mismos partidos cuando se renovó a los consejeros electorales en 2003, desde ese momento perdió la confianza de una de las fuerzas políticas; el IFE fue vulnerado por la falta de aplicación de la ley durante la campaña sucia.

La futura reforma tiene que modificar las reglas, pero también cambiar a los operadores, y por supuesto, modificar la forma de elegirlos, para no repetir lo que sucedió en octubre de 2003 con los actuales consejeros. Esa es la vía para que la institución electoral recupere la confianza de la sociedad y, sobre todo, de la parte agraviada. La recuperación ciudadana del IFE pasa por terminar con la sospecha de que los consejeros responden a intereses partidistas y eso sólo se logrará con un nuevo consejo. Cualquier árbitro que no tiene la confianza de todos los equipos que disputan el partido, pierde sentido. Sin duda, hay que cambiar el perfil de los consejeros, bajar sus enormes salarios que se han convertido en una retribución desmesurada que pervierte el puesto. La operación electoral también tiene que simplificarse. Modificar los costos, acortar las campañas, transformar el esquema de acceso a los medios masivos, sincronizar los calendarios, etcétera. La reforma de 1996, que fue positiva, también engendró una parte de los problemas que hoy tiene el país, como el tipo de campaña por la que acabamos de pasar.

Ante una crisis postelectoral, la mejor forma de salir de ella es, como dicen los optimistas, preparar la reforma de las condiciones que hicieron posible este lamentable proceso en el que está metido el país.

Investigador del CIESAS



COMENTO: Y QUE DECIR DE ESTAS "INSTITUCIONES" QUE CLARAMENTE SON DEL ESTADO Y NO DEL PUEBLO COMO AFIRMAN LOS EXPERTOS, ESTÁN RESPONDIENDO COMO AL TRABAJDOR A LOS INTERESES DEL EMPLEADOR, QUE CIERTAMENTE CON LA LLAMADA DEMOCRACIA BURGUESA LEGITIMAN UNA POSICIÓN TOTALMENTE PARCIAL Y NO CONGRUENTE CON LAS LUCHAS QUE EN AÑOS ANTERIORES EL PARTIDO EN EL PODER HABIA LIBRADO. AL PARECER LOS COTOS DE PODER Y EL MIEDO QUE SE DESCUBRA TODA LA CORRUPCION AL INTERIOR DEL GOBIERNO FEDERAL, TOMA TODO TIPO DE ARTILUGIOS Y DEMÁS TRANSAS, COMO EL CONFUNDIR A LA GENTE, PARA QUE PRIVILEGIOS EMPRESARIALES Y CLERICALES CONTINUEN HACIENDO MAS POBRES A LOS POBRES Y MULTIPLICAR LAS GANANCIAS DE UNOS CUANTOS.

LA LECCION QUE SE ESTA DANDO EN ESTA RESISTENCIA HITORICA, ES EL DEVELO DE QUE MEDIOS DE COMUNICACION MASIVOS, EMPRESAS GIGANTES Y TRASNACIONALES Y EL CLERO NO SON MAS QUE LA COMPARSA QUE SIEMPRE HA ACONMPAÑADO Y DEFIENDE INTERESES DE SUS PATRONES: EL GOBIERNO FEDERAL EN TURNO...

DE SIN PATRONES BLOG
http://sinpatrones.blogspot.com



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