viernes, agosto 04, 2006

Martita y Vicente Chachalacas!!

RAFAEL LORET DE MOLA CUARTO PODER

Desafío

La Moral Histórica

Investidura Dañada

Las Nuevas Especies

Los desplantes fascistas cuentan con maquillajes diversos, algunos de ellos tan intensos que acaban por deteriorar el tejido social enfermándolo definitivamente. El embajador israelí en México, David Dadom, por ejemplo, con grandes decibeles, acusó a un nutrido grupo de intelectuales y artistas mexicanos por alentar el terrorismo al demandar, con la objetividad que surge de la observación directa al amparo de la memoria histórica, el fin de hostilidades contra la inerme población de Líbano. Para el diplomático de marras no deben valorarse más voces que cuantas apoyen la pretendida guerra de exterminio obviamente reñida con todo sentido de equidad.

Lo anterior es lo que llamo la "línea Bush" entendida ésta por la mecánica justificación de los operativos bélicos si con ello se garantizan los grandes intereses hegemónicos. Recuérdese la postura de algunos empresarios mexicanos -entre ellos no pocos de quienes apostaron amoralmente en el proceso electoral cuyo desenlace sigue pendiendo del hilo de las interpretaciones- cuando el gobierno foxista, en un rasgo de dignidad incuestionable, optó por no secundar la avasallante invasión estadounidense en Irak: dijeron que no era responsable poner con ello en riesgo los supremos, invariables, firmes, intereses financieros nacionales. El dinero por encima de las vidas humanas. Hay quienes piensan que así, sin detenerse en los costos de los genocidios, puede garantizarse la estabilidad política y económica.

No es extraño, por tanto, que a la vista de los desaseos comiciales -en cada uno de los niveles previstos y desde el arranque de la contienda proselitista-, cuantos valoran el estado de cosas bajo la entronización de los capitales y sus grandes administradores -esto es como si el país fuese un "changarro" más en donde sólo contara la eficacia del corte de caja diario-, insisten en que la prolongación de la crisis política, prohijada sobre todo por la soberbia de los grupos dominantes con ramificaciones hacia la estructura del poder central, puede afectar a los mercados bursátiles alterando la buena marcha de las finanzas nacionales y sus correctivos, incluyendo, por supuesto, las vacunas contra el populismo y los temidos virajes hacia la izquierda.

Las deformaciones se concentran en este punto álgido. Nada que afecte los parámetros económicos debe aceptarse porque conlleva una dosis tremenda de desazón para cuantos contemplan en sus líneas de crédito personales el espejismo de una vida mejor aunque sigan pagando por los servicios básicos, como lo hacen, mucho más que las sociedades del primer mundo. ¿Cuándo revisan los probos parlamentarios mexicanos las tarifas de telefonía celular aunque ello ponga en predicamento las relaciones de sus dirigencias partidistas con el poderoso señor convertido, por obra y gracia de la estabilidad foxista, en el tercer mayor multimillonario del planeta? La verdadera democracia podría arrancar desde esta interrogante básica. Pero, claro, cabe otra lectura. Puede alegarse que si se incordia a los fuertes, por el prurito elemental de justicia, tal ocasionaría una cadena de reacciones contra los intereses populares, atados claro a las apuestas "macro". Y así las tendencias empresariales superlativas seguirían su marcha triunfal imponiéndose a las viejas, para los fuertes ya caducas, banderas sociales.

¿Quiénes, entonces, representan la moral histórica?.

Debate

Ni pensar que el embajador israelí pudiese actuar desapasionadamente para analizar la sinrazón de la desproporcionada reacción militar contra un pueblo en franca desventaja. No se trata de favorecer ideológicamente a los extremistas sino de acentuar que no es la fuerza aplastante el mejor recurso para finiquitar debates de honda complejidad. Quizá aseverar lo anterior nos ponga en posibilidad de ser señalados como terroristas sobre todo por no contener el horror a la vista de los sufrimientos de la población civil. Lo mismo nos ocurrió cuando atestiguamos, ahora todos podemos hacerlo casi de inmediato -los instrumentos de la comunicación moderna en ocasiones revierten contra los intereses de quienes los proveen-, la manera como se humillaba a las familias de Bagdad tras la toma estadounidense, sobajando a mujeres y niños e infamando a los varones; luego nos enteraríamos de las brutales torturas contra los prisioneros de guerra. Todo, claro, en la "línea Bush". Sin duda la conexión de la filosofía de guerra, siempre tendenciosa -nadie puede asegurar que Dios sea centinela sólo de uno de los bandos-, con la política explica la exaltación fascista con la que se insiste en colocar, como el interés superior de la nación, los dividendos de la moderna aristocracia, tan fecunda y feliz ante los saldos de la continuidad. Igual ayer y hoy.

No por otra cosa cuantos advirtieron al señor Fox sobre los tremendos riesgos de no apoyar a la Casa Blanca, así fuese únicamente de modo simbólico, pues podrían generarse bloques financieros y otras lindezas -por cierto advertidas por el embajador estadounidense Tony Garza, con todo el sello de la aristocracia que determina los matrimonios de alto significado financiero; por ello, claro, desposó con María Asunción Arámburuzavala, la mexicana de mayores caudales de acuerdo a las listas de las grandes fortunas-, ahora claman contra quienes generan "violencia", nada menos, por un reclamo político legítimo aun en el caso de que no tuvieran razón en cuanto a lo escrutinios comiciales controvertidos en la puja por la Presidencia de México. ¿Contradicciones? Para nada. Mas bien la confirmación de que siempre se observan las cosas con el habitual maniqueísmo de los fariseos; esto es, sólo es razonable cuanto el grupo poderoso propone e irresponsable y ruin cada proceder de los disconformes. Nadie los saca de este punto; lo grave, en todo caso, es que las coberturas mediáticas se encargan de multiplicar las cooptaciones masivas de ingenuos, ignorantes y timoratos.

El Reto

Por todo ello ni la moral histórica ni la justificación social pueden estar a favor de los obcecados que, al descalificar a sus adversarios de manera sumaria -esto es mediando un análisis tan superficial como visceral-, proponen consumar las mayores simulaciones, electorales sobre todo, con tal de alcanzar su objetivo diciéndose demócratas por decreto.

Y nada sería más deleznable, en tales términos, que una investidura presidencial sin sustento moral ni altura democrática aun cuando se grite, durante un sexenio entero, que la causa a defender obtuvo un mayor número de votos enclaustrados dentro de los paquetes electorales convertidos en reductos de una pobre y supuesta legalidad exenta de todo sentido democrático. Si se desmenuzan estas ideas, sin prejuicios sectarios, estamos ciertos de que no pocos panistas de raigambre nos darán la razón, también.

La Anécdota

Por las mágicas tierras de Kohounlich, en la selva quintanarroense, encontré a un joven maya recogiendo, al pie del camino de asfalto, piedrecillas blancas. Me detuve y le pregunté para qué las quería:

--Son para cazar "chachalacas" -abundantes en esta tierra tropical- con mi resortera.

Luego guardó el "parque" en su zabucán -tejido rústicamente con cordeles- y agregó:

--De venir por aquí Andrés Manuel no se le hubieran ido...

--¿Quiénes?

--Pues Martita y Vicente. Ahora así les llamamos a las "chachalacas".

En unos segundos asimilé la rotunda lección política sobre el antiguo sac-bé -camino real- milenario.

Web: www.rafaelloretdemola.com.

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