jueves, noviembre 16, 2006

EL MAL DEL CAPITALISMO

Misterio: Por qué la riqueza crea pobreza en el mundo



Michael Parenti


Hay un "misterio" que debemos explicar: ¿Cómo es posible que si las
corporaciones han realizado inversiones, y la ayuda extranjera y los
préstamos internacionales a los países pobres se han incrementado de
manera extraordinaria por todo el mundo en la última mitad del siglo,
también lo haya hecho la pobreza? El número de personas viviendo en la
pobreza está creciendo en un porcentaje más rápido que la población
mundial. ¿Qué conclusión podemos sacar de todo esto?



En la última mitad del siglo, las industrias y los bancos de Estados
Unidos (y otras corporaciones occidentales) han invertido grandes
cantidades en las regiones pobres de Asia, África y América Latina,
conocidas como "el tercer mundo". Las transnacionales están unidas por
los ricos recursos naturales, las altas ganancias que vienen de
salarios bajos y la casi total ausencia de impuestos, regulaciones
medioambientales y gastos para la seguridad en el trabajo.



El gobierno de Estados Unidos ha subvencionado esta fuga de
capitales otorgando a las corporaciones exenciones en los impuestos
sobre sus inversiones en el extranjero e incluso pagando algunos de sus
gastos de reubicación, para indignación de los sindicatos aquí en casa
que ven evaporarse sus trabajos.



Las transnacionales han echado del tercer mundo a los negocios
locales y han controlado sus mercados. El cartel estadounidense del
comercio agrario, subsidiado de manera extraordinaria por los
contribuyentes, envía sus productos excedentes a otros países a bajo
precio y hunde a los agricultores locales. Como Christopher Cook
describe en su "Dieta para un planeta muerto", expropian las mejores
tierras en estos países para cosechas por dinero (cash-crop) para la
exportación, normalmente de monocultivos que requieren gran cantidad de
pesticidas, dejando cada vez menos acres para el cultivo de los
centenares de variedades de cosechas orgánicas que alimentan a la
población local.



Desplazando a la población local de sus tierras y robándoles su
autosuficiencia, las corporaciones crean unos mercados laborales
superpoblados de gente desesperada a los que se les fuerza a vivir en
barrios de chabolas y a trabajar por un salario miserable (cuando
pueden conseguir trabajo), a menudo violando las propias leyes del país
sobre salarios mínimos.



En Haití, por ejemplo, corporaciones gigantes como Disney, Wal-Mart
y J. C. Penny pagan a sus trabajadores 11 centavos por hora. Los
Estados Unidos es uno de los pocos países que se ha negado a firmar una
convención internacional para la abolición del trabajo infantil y
forzado. Esta postura se deriva de las prácticas de las grandes
corporaciones estadounidenses respecto del trabajo infantil a lo largo
y ancho del Tercer Mundo, e incluso en el seno de los propios Estados
Unidos, donde niños de sólo 12 años sufren una alta proporción de
accidentes y fallecimientos mientras que reciben un salario muy a
menudo inferior al mínimo.



Los ahorros que los grandes negocios obtienen de una mano de obra
barata en el extranjero no se traducen en precios más bajos para los
consumidores de otros sitios. Las corporaciones no contratan mano de
obra en regiones lejanas para que los consumidores en Estados Unidos
puedan ahorrar dinero. Los contratan para incrementar su margen de
beneficios. En 1990, los zapatos que hacían en Indonesia niños que
trabajaban doce horas al día por 13 centavos a la hora, costaban
solamente dos dólares sesenta centavos pero se vendían en Estados
Unidos por cien dólares o más.



La ayuda exterior de los Estados Unidos va unida a la inversión
transnacional. Subvenciona la construcción de las infraestructuras que
necesitan las corporaciones en el Tercer Mundo: puertos, autopistas y
refinerías.



La ayuda que se entrega a los gobiernos del Tercer Mundo viene con
muchas ataduras. A menudo se debe gastar en productos estadounidenses y
a la nación que la recibe se le exige dar preferencia a las inversiones
de compañías de los Estados Unidos, substituyendo el consumo de
mercancías y alimentos locales en favor de los importados, creando más
dependencia, hambruna y deuda.



Una buena porción de la ayuda monetaria, nunca ve la luz publica,
yendo directamente a las arcas personales de los funcionarios corruptos
de los países que la reciben.



Ayuda (o algo parecido) llega también de otras fuentes. En 1944, las
Naciones Unidad crearon el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional (FMI). El poder de voto en las dos organizaciones está
determinado por las contribuciones financieras de cada país. Estados
Unidos, en tanto que mayor "donante", tiene la voz cantante, seguido de
Alemania, Japón, Francia y Gran Bretaña. El FMI opera en secreto con un
selecto grupo de banqueros y funcionarios de los ministerios de
economía seleccionados, en su mayoría, en las naciones más ricas.



El Banco Mundial y el FMI se supone que ayudan al desarrollo de las
naciones. Lo que realmente pasa es otra historia. Un país pobre pide un
préstamo del Banco Mundial para mejorar algunos aspectos de su
economía. Si fuera incapaz de pagar los grandes intereses debido a un
descenso de las ventas de exportación o por cualquier otro motivo, se
verá obligado a pedir prestado de nuevo, pero esta vez del Fondo
Monetario Internacional.



Pero el FMI impone un "Programa de ajuste estructural" (SAP, por sus
siglas en inglés) que requiere que los países deudores otorguen
beneficios fiscales a las corporaciones transnacionales, reduzcan
salarios y no hagan ningún intento por proteger a las compañías locales
de los importadores extranjeros y de las adquisiciones extranjeras.
Presiona a las naciones deudoras para que privaticen sus economías,
vendiendo a compañías privadas y a precios escandalosamente bajos sus
minas, ferrocarriles y servicios públicos pertenecientes al estado.



Se ven forzados a abrir sus bosques a la tala y sus tierras para
minas a cielo abierto sin ninguna consideración por el daño ecológico
causado. Las naciones deudoras también deben recortar sus subvenciones
a la salud, la educación, el transporte y los alimentos básicos,
gastando menos en su población para tener más dinero y poder hacer
frente a los pagos de la deuda. Como se les requiere para desarrollar
una agricultura orientada a la exportación, se ven cada vez menos
capacitados para alimentar a su propia población.



Ésta es la razón por la que por todo el tercer mundo los salarios
reales han disminuido y la deuda nacional ha crecido hasta un punto en
que los pagos de la deuda absorben casi todas las ganancias de las
exportaciones de los países mas pobres, lo que crea un mayor
empobrecimiento al dejar al país deudor menos capacitados para proveer
a la población de sus necesidades.



Por lo tanto, así hemos explicado un "misterio". Por supuesto ese
misterio no existe si no te adhieres a la mistificadora teoría del
"goteo" [teoría liberal en función de la cual la acumulación de riqueza
en las capas altas de la pirámide de población acaba provocando el
"goteo" de riqueza hacia las capas inferiores. La imagen típica es la
de la pirámide de copas en la que, tras llenarse la superior, rebosa y
va llenando las inferiores. N.d T.]. ¿Por qué se ha profundizado la
pobreza mientras que las ayudas extranjeras, prestamos e inversiones
han crecido? Respuesta: Los prestamos, inversiones y la mayoría de las
ayudas están diseñadas no para luchar contra la pobreza sino para
aumentar la riqueza de los inversores transnacionales a expensas de la
población local.



No hay un goteo sino un sifón ascendente desde la mayoría que trabaja duro hacia la minoría de adinerados.



En su perpetua confusión, algunos críticos liberales concluyen que
la ayuda exterior y los ajustes estructurales del FMI y del Banco
Mundial "no funcionan"; el resultado final es menos autosuficiencia y
más pobreza para las naciones que los reciben, señalan estos críticos.
¿Por qué entonces los estados miembros ricos siguen financiando al FMI
y al Banco Mundial? ¿Son sus líderes menos inteligentes que los
críticos que les continúan señalando que su política está produciendo
el efecto contrario?



No, son los críticos los que son estupidos y no los líderes y los
inversores occidentales, los cuales poseen tanto de este mundo y
disfrutan de tan inmensa riqueza y su éxito. Continúan con sus
programas de préstamos y ayuda extranjera porque estos programas
funcionan. La pregunta es ¿funcionan para quien? ¿Ciu bono?



Las intenciones detrás de sus programas de inversiones, préstamos y
ayudas no son mejorar a las masas en otros países. Esto no es
verdaderamente el negocio en el que están. El propósito es servir los
intereses de la acumulación global de capital, apropiarse de las
tierras y las economías locales de la gente del Tercer Mundo,
monopolizar sus mercados, disminuir sus salarios, esclavizar su trabajo
con deudas enormes, privatizar su sector de servicios públicos e
impedir que estas naciones emerjan como competidores comerciales no
permitiendo que se desarrollen normalmente.



Con respecto a esto, las inversiones, la ayuda extranjera y los ajustes estructurales funcionan realmente bien.



El verdadero misterio es: ¿Por qué algunas personas creen que este
análisis es muy improbable, una conspiración inventada? ¿Por qué son
tan escépticos en creer que los gobernantes de los Estados Unidos, con
conocimiento y deliberadamente, ejercen esta política despiadada
(suprimir salarios, derogar la protección medioambiental, eliminar el
sector publico, cortar servicios humanos) en el Tercer Mundo?. ¡Estos
gobernantes están haciendo exactamente la misma política aquí en
nuestro propio país!



¿No creen que ha llegado la hora de que estos críticos liberales
dejen de pensar que la gente que posee gran parte del mundo (y lo
querría poseer todo) son "incompetentes" o "desacertados" o que "no ven
las consecuencias no intencionadas de su política"? No estás siendo muy
inteligente si piensas que tus enemigos no son tan listos como tú.
Ellos saben dónde están sus intereses y también nosotros debemos
saberlo.



Los libros mas recientes de Michael Parenti incluyen: El
asesinato de Julio Cesar (New Press), Superpatriotismo (City Lights),
La cultura de la lucha (Seven Stories Press). Para mas información
visite: www.michaelparenti.org





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